Empezaste a ver que habían cosas en tu día a día que no estaban bien, que estaban poco claras o que no iban contigo. Seguro que has empezado a plantearte que tiene que haber otra manera de vivir. Ten por seguro que lo que ocurre es tu gran oportunidad.

Me alegro de que estés en este momento crucial, ya que es ahora cuando tu corazón te dice con gran fuerza que despiertes, como con un chasquido de dedos tu cuerpo reacciona, tu cerebro recibe esa luz y el consciente envía las respuestas que te van a ayudar a poder conocerte profundamente. 

Saber qué sientes, qué no te gusta y qué quieres para ti, es vital. Es cierto que todo esto tiene un recorrido, pero tranquilidad, es más corto de lo que aparenta. Sólo hace falta sentir, querer y creer. 

No es un momento cualquiera, estás viviendo tu transformación, una pequeña odisea, tu vuelta a Ti.

En mi caso, fue una mañana, mientras veía salir el sol, que sentí por primera vez el poder del amor vibrando en mí y hacia mí, o como me gusta llamarlo, el amor propio. Se podría definir como la aceptación de los sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos. Pero esto es sólo una definición, la experiencia es la que contiene la sabiduría.

Antes de que sigamos caminando de la mano por el presente, déjame ponerte un poco más en el contexto de mi pasado, mi historia personal.

Para empezar, tanto mi padre como mi madre descienden de familias muy numerosas, siendo él el pequeño de siete hermanos y ella la tercera de ocho. Ambas eran familias trabajadoras, que ganaban lo justo para poder vivir. En primer lugar, había que trabajar para mantener y dar de comer a la familia,siempre lo primero. En último término estaban ellos mismos y sus necesidades. Un ambiente típico entonces.

Mi madre, nacida en un pueblo menudo, con tan sólo 17 años, emigró sola a Barcelona. Y es que ella tuvo la suficiente capacidad e ilusión de crecer. Entonces, entró a trabajar en un gran hospital como técnica de laboratorio. 

Mi padre, con 3 años, emigró con su familia por cuestiones laborales, desde León a Barcelona, llegando a convertirse en un gran empresario. 

Ambos consiguieron trabajos con grandes nóminas en una gran ciudad, Barcelona, conocida como la ciudad de las oportunidades. Allí criaron a sus dos hijas en una buena escuela concertada y en un barrio de poder adquisitivo medio-alto y rodeadas de todo tipo de lujos.

Hasta que nuestra vida dio un giro de 180 grados. Sucedió que mi padre perdió todas sus empresas. Entonces, la familia entera nos vimos con un pie en la calle. En este punto, como es normal, cada uno a su manera intentó sobrellevar la situación de la forma que pudimos o supimos. Mi padre buscaba trabajo en diferentes sitios pero sin encontrarlo. Mi madre, como todas las mujeres de mi familia, trabajaba para salir adelante, sin ver qué sucedía alrededor suyo, ni que sentía en su día a día; sólo trabajo y casa. 

Mi hermana mayor y yo seguíamos en el colegio concertado dónde eran inevitables las comparaciones por parte de los profesores, «Tú eres la hermana de…» Fue en ese momento y en esas circunstancias que me di cuenta que era una más en la cadena familiar. No era Yo, sino una simple comparación. Mi vida se adentró en una nebulosa cada vez más sombría. El maltrato psicológico de aquel tiempo, junto a varios episodios de exclusión y la bulimia fueron acrecentando mi aflicción y angustia. Una vida así se vuelve insoportable, hasta el punto de llevar a cabo un intento fallido de terminar con ella. Pero, cuando se abre una grieta como aquella es inevitable que entre la luz.

Volviendo la vista atrás, me di cuenta que fue ahí cuando desperté y empecé en este mundo tan valioso. Un mundo repleto de Vida que navego con diferentes dones innatos en mí. Diferentes maestros y formaciones han poblado el universo en el que ido creciendo y aprendiendo a aplicar estas terapias en mí misma. Terapias holísticas que hago a través de la visualización, el reiki, el pèndulo, las cartas del Tarot, el trabajo a través de los patrones, el transgeneracional, la psicología positiva y la astrología. Todo ello me ha llevado a poder estar hoy en mi Presente.

Tras el divocio de mis padres, a la edad de 15 años, me fui a vivir con mi madre a su pueblo, Xátiva, en Valencia. Es aquí donde me casé y decidí formar mi familia, desde otra perspectiva.